miércoles, 22 de diciembre de 2010

KITWA MILENARIO



SIGUE LA SAGA DE KITU MILENARIO
PAISAJE MULTICULTURAL DE LA HUMANIDAD EN
http://kituinspira.blogspot.com/

viernes, 17 de diciembre de 2010

IDENTIDAD KITWA

VIVA KITU MILENARIO E INTERCULTURAL!
QUITO NO ES PATRIMONIO MUNICIPAL,
ES PAISAJE MULTICULTURAL DE LA HUMANIDAD!



Imaginario totémico del jaguar en la trama de kitu
(Diego Velasco Andrade/Proyecto KINTYÑAN-GAIA,2010)

SIGUE EL RESURGIMIENTO DE KITU CIUDAD JAGUAR
POR http://buhoandino.blogspot.com/
http://kituinspira.blogspot.com/
http://k-oz-editorial.blogspot.com/

martes, 7 de diciembre de 2010

A LA REVELACIÓN DEL KITU MILENARIO!



HACIA LA BÚSQUEDA DE NUEVOS EQUILIBRIOS
Y A LA DEMOLICIÓN DE “LÍNEAS IMAGINARIAS” EN KITWA:
TIERRAS ANCESTRALES DE LA MITAD


La tierra sagrada que hoy llamamos Ecuador, tierra del paralelo ecuatorial, de Qui-to o tierra del centro o mejor del “Aqua d’or”: fértil territorio de las aguas áuricas, ha constituido desde tiempos ancestrales no solo lugar de encuentro para los pueblos y culturas andinas, amazónicas y del Pacífico, sino también para los pueblos de la misma Amaru-ka o “tierra de la serpiente sagrada”, aquel mágico continente que con su configuración física y sus cadenas volcánicas, representa el reptar simbólico de la serpiente Amaru y que hoy más que nunca, nos anuncia el retorno espiral del tiempo-espacio de volteo: el punto de inflexión de este nuevo espacio/tiempo X Pacha Kutik.

Sí, porque el mítico “Reyno de Quito», en el necesario construir de identidades de Juan de Velasco en el siglo XVIII; de las “Tierras del Qui” para los visionarios esposos Costales Peñaherrera a fines del siglo XX, o del “Reino de los colibríes”, en la bella acepción del poeta andino ecuatorial Carrera Andrade, siempre fue, ha sido es y será el asiento de una milenaria civilización, que hoy apenas comienza a ser develada…Y es en este nuevo tiempo, en este despertar, en este gozoso alumbramiento de una verdadera “nueva época”, donde ubicamos el sentido y valor de nuestra “Pacha tierra sagrada” ecuatorial.



IMAGINARIO TOTÉMICO DEL JAGUAR EN KITU:
DIEGO VELASCO Y ANGEL CEVALLOS ARQUITECTOS
SOBRE IMAGEN GOOGLE EARTH
PROYECTO KINTYÑAN-GAIA,2010

Siendo constructores y reconstructores cotidianos de identidades, internándonos en aquellos cromáticos senderos será como podremos encontrar el recto alineamiento hacia una sabiduría del equilibrio del ser ecuatorial; de aquel saber que estuvo escondido y que hoy está volviendo a emerger en nuestra mente y en nuestro corazón y también porqué no, en nuestro territorio y que estamos seguros va a devenir la simiente y matriz de nuestras futuras identidades.

De este manera, comienza a tejer y deshilar antiguos y nuevos relatos, mitos y leyendas de las ancestrales Tierras del Ki, búsqueda que constituye también la constatación de la mixtura y el palimpsesto que actualmente somos; el resultado de aquel feroz encuentro entre los hijos del sol recto con aquellos de la barbarie hispánico occidental del siglo XVI; encuentro después del cual -queramos o no aceptarlo- quedaron definitivamente impresas en nuestros genes y en nuestra sangre nuestras identidades andina, amazónica y pacífico ecuatoriales, las mismas que en una sabia y paciente espera renacieron y fructificaron desde las cenizas de nuestros abuelos, para luego retornar con la fiereza y la rudeza del huracán.

El “el ser racional y cientificista” inventado y heredado del mundo greco-latino, ha estado orientado por la paranoica búsqueda del UNO no diverso, del uno absoluto y autoritario, en suma del uni-verso y nunca del “multiverso”; de aquel UNO feroz que rige en las tres belicosas religiones monoteístas del mundo actual: islamismo, judaísmo y judeo- cristianismo, que hoy se ven enfrentados en una lucha capitalista, global y maniquea por “la conquista del planeta”, en una lucha mesiánica entre los supuestos “eje del bien” y “eje del mal”, que felizmente no nos competen y peor aún deberían pre-ocupar.

Por el contrario, el “unidiverso” andino ecuatorial con el que soñamos constituye entonces el cielo y el territorio “del otro” de la diversidad y de la variedad, del holon y de lo holístico, de aquella eufemística “alteridad” inventada por euro-occidente para sanar su culpable pecado capital, su brutal genocidio, su irrespeto por las culturas diferentes (véase “inferiores”) y a las que creyeron “civilizadamente” aniquilar, pero que hoy siguen encontrando como en el mito su cuerpo y su cabeza, luego de haber sido descuartizadas como el shyri (señor) Daquilema o el inca Tupac Amaru, que perseveran siempre en la búsqueda de su impecable totalidad. Aquella misma totalidad que ahora nos convoca para cargarnos con la fuerza femenina de la tierra, del agua y de la luna de nuestra Patria, no aquella “patria” de los patricios grecolatinos, sino de la Pacha Tierra Sagrada Ecuatorial.



IMAGINARIO TOTÉMICO DEL PUMA EN QUITO
CUZCO, CUENCA Y RIOBAMBA ANTIGUA
SEGÚN ESTUDIOS DEL ARQUITECTO ALFREDO LOZANO CASTRO:
1994-2005

En adelante, será el cóndor quien guíe nuestros pasos y domine nuestro cielo con su visionario volar; será el puma quien asuma otra vez con sus pisadas la reconstitución de los páramos y bosques andinos depredados para pastorear la gula carnívora del conquistador; será la serpiente cíclica que se escurre en lo celeste y en el agua de las cochas y los lagos de nuestra venerada Allpa Mama y, será en éstas y en otras páginas pioneras de una nueva simbólica ecuatorial en donde deberemos internarnos con nuestra propia creatividad para contradecir la “Historia” inventada por los pensadores de la “modernidad” y “el progreso”, por las mentirosas enseñanzas de la historiografía occidental y las mismas y repetitivas ideologías euro centristas de una “novísima” post- modernidad, de aquellos quienes nunca supieron comprender lo que significaba una “cosmovisión”, es decir una visión cósmica del ser, del vivir y del estar sabiamente y en armonía con la naturaleza y con el cosmos: aquella de nuestros ancestros




EL CENTRO HISTORICO DE QUITO CANCHA SAGRADA KITU
(CABEZA DEL JAGUAR) AJUSTADO A LAS PROPORCIONES SAGRADAS
DE LA ESTRELLA SOLAR KITU Y DE LA CHAKANA INKA:
DIEGO VELASCO Y ANGEL CEVALLOS ARQUITECTOS
SOBRE IMAGEN GOOGLE EARTH
PROYECTO KINTY ÑAN-GAIA, 2010

Así, la búsqueda de identidades aportará también a develar nuestros imaginarios totémicos urbanos que han permanecido por suerte “ocultos” y/o deformados, en suma “intangibles” a la faz de los inquisidores de ayer y de hoy. Ahora estamos claros que la experiencia de habitar el “centro del mundo”, debió constituir para nuestros ancestros una experiencia primordial y sagrada, el conocimiento y valoración de las claves de nuestra habitación en el chakra corazón del planeta cargado con la fuerza de animales totémicos, de los cuales apenas ahora “sacamos a luz” uno: el jaguar; aquello nos permitirá gradualmente la reconstitución de las identidades quitensis primordiales y es en esa búsqueda que descubriremos el vector de nuestra organización social, política y territorial futura, es decir el estatuto ontológico de las culturas y pueblos de las tierras de KI TU de la mitad y también del Ecuador, del Equator o “equilibrador” del siglo XXI.

Es en medio de la banalidad amorfa de un planeta global en crisis permanente, en un KAOS recurrente, -que por fortuna no es el nuestro-; es en estas tierras que constituyen el AXIS MUNDI: el punto de encuentro entre las energías “del mundo celeste” y del “mundo terrestre”, en este Equator continental nuestro, tangible y actual religado de manera indisoluble con aquel Equator intangible y ultramarino allende el océano: aquel que han ido constituyendo nuestros compatriotas, es este el lugar que no es línea imaginaria como algún poeta despistado y funcional al sistema acuñó, es aquí donde podremos construir un nuevo mundo de acogida para los nuevos hombres “rojos, amarillos, blancos y negros” del planeta que deseen venir a crecer en pacífica, diversa y fructífera convivencia y, es precisamente en la búsqueda de este sendero que hoy abrimos este conocimiento primordial sobre el KITU MILENARIO, sobre el KITU CIUDAD JAGUAR apenas una de las fuerzas totémicas activas que nos legaron nuestros antepasados y que hoy nos invita a seguir caminando, redescubriendo, siempre buscando en nuestro sol equinoccial la “unidiversidad”, la dualidad y la complementariedad de nuevos y deslumbrantes arco iris.



Diego Velasco Andrade
Kitu: Tierras de la mitad
Diciembre 6, 2010






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VIVA KITU MILENARIO Y MULTICULTURAL!

sábado, 4 de diciembre de 2010

MARCHA ANTITAURINA EN KITU 2010



Mira y difunde:

http://www.portaldenoticias.com/video/yt-dsfFlI8uI_s

FUNDACIÓN DE QUITO O "ETNOCIDIO" ?



La fundación de Quito y la resistencia indígena

Por Oswaldo Albornoz Peralta**


Los orígenes de Quito, como sucede en casi todos los pueblos, se extiende hasta los tiempos nebulosos de la leyenda, en este caso la de Quitumbe, tan hermosamente contada por Jorge Carrera Andrade en su libro El camino del Sol. Tras de las galas de la leyenda hay sin duda un hecho histórico concreto: el paulatino desarrollo de un pueblo, hasta llegar a la confederación de tribus, la Confederación de Quito.

La Confederación de Quito, para la época de la llegada de los Incas, se halla en pleno proceso de expansión y ha logrado una evolución económica considerable, evidenciada ésta por sus construcciones materiales, por el progreso alcanzado en la agricultura y el conocimiento de labores de algunos metales. Naturalmente, como manifestación también de este avance, la primitiva igualdad de sus habitantes ha ido desapareciendo y se ha gestado ya una aristocracia que ocupa la cúpula del conglomerado social.

Así, la Confederación de Quito, tiene una personalidad propia y definida. Esto explica, además, el porqué durante el medio siglo de dominación inca, pese a las innovaciones introducidas, haya podido mantener sus rasgos específicos y logrado el respeto del conquistador. Que haya per­manecido siempre vivo, el anhelo de recobrar la perdida independencia.



La conquista española, que adviene luego, impone otro rumbo a la historia del pueblo indio.

El paso de Benalcázar hacia Quito está señalado por la devastación y la sangre. Enrique Garcés dice que cuando llega Alvarado, que no sabía su ubicación, se da cuenta de que por allí estaban sus paisanos, al ver “poblados destruidos, cadáveres de indios y gran desolación y ruina”.[1] Y él procede de igual forma pues el historiador Aquiles Pérez afirma que “saqueó los pueblos donde llegó; robó cuantos objetos de oro y plata encontró; obligó, con cadenas y perros, a que muchos indios e indias, con sus niños, le conduzcan cargas; ahorcó a dos caciques; permitió que los indios de Guatemala comieran la carne de nuestros indios costeños”.[2] Mueren, rendidos por el agotador trabajo a que son sometidos, la mayor parte de los indios y negros que trae de Centro América.

Se dice cínicamente en un acta del Cabildo de Quito que se practican todas las diligencias posibles para dar con los tesoros que se creen escondidos. Diligencias, que no son otra cosa, sino las más crueles torturas a los caciques indios. El garrote, los azotes y los cepos, y sobre todo el fuego a los pies, son las preferidas. Y el final, cuando no dan resultados, no es otro que la muerte más cruel.

Es un cabildo de conquistadores, para cuyos miembros, la crueldad y la sangre no son sino medios de dominio. Pedro de Puelles, especialista en la cacería de indios con lebreles, recibe un voto de aplauso y de respeto por las matanzas verificadas.

Así sucumben, entre varios otros, Cozopamba, Zopozopangui y Rumiñahui citados por Aquiles Pérez. La mayoría de ellos, después de la imprescindible tortura, son condenados a la hoguera como si se tratara de reos de la Santa Inquisición.

Benalcázar y sus capitanes nunca abandonan los caminos del crimen. Cuando salen de Quito y se dirigen a Cundinamarca, proceden allá, en forma similar a la de aquí. Al respecto, Germán Arciniegas dice: “Cierto es que Benalcázar no deja de marchar a sangre y fuego. Al salir de Quito divide en tres ramas su ejército y manda a Juan de Ampudia para que vaya con una de ellas, de adalid. Debéis seguir los callejones de la cordillera –le dice el jefe- y no empeñaros en acción peligrosa; nosotros os seguiremos. No le es difícil a Benalcázar seguir las huellas del adalid: porque como Ampudia quema todos los pueblos que topa y degüella a los indios, por las cenizas y la sangre se guía muy pronto don Sebastián. [3]



Este Ampudia es el mismo que ya antes, en su búsqueda insaciable de oro había exterminado a la población de Chambo en la actual provincia de Chimborazo, a cuyo cacique le hace quemar vivo, tal como había hecho antes con el cañari Chapera ¡Bien merecido su sobrenombre de “monstruo” o “Atila del Cauca” cuando participa en la conquista de Cundinamarca!

Pedro Cieza de León en La crónica del Perú dice que Dios castiga al adelantado Benalcázar por los crímenes cometidos contra los indios. Afirma “que en vida se vio tirado del mando de gobernador por el juez que le tomó cuenta, y pobre lleno de trabajos, tristezas y pensamientos, murió en la gobernación de Cartagena”.[4] Poco castigo para nuestro parecer.



* Ver el artículo completo en
http://www.kaosenlared.net/noticia/fundacion-quito-resistencia-indigena

miércoles, 1 de diciembre de 2010

A LA MARCHA ANTITAURINA EN QUITO


IMAGINARIOS TAURINOS Y ANTITAURINOS EN QUITO*

El toro tiene su significación mitológica en las culturas primordiales; y desde la mitología mediterránea europea (persa, babilónica, griega e ibérica) constituye un animal venerado, idolatrado y mistificado por su relación con la fuerza, la fertilidad, el rayo, la tormenta y la lluvia o la representación de las fases lunares; en tanto, desde la mitología judeo-cristiana y católica, constituye una “representación diabólica”, de tradición bárbara y pagana, lo que reafirma su condición “animal”, inferior y salvaje frente al ser humano supuestamente “superior” y dotado de pensamiento, sentimiento y “razón”.

Es necesario señalar que el toro que “se utiliza” en la tauromaquia, es un “toro bravo” construido de manera lenta, sistemática y a veces con intervención genética, para actuar en las ferias, torneos, corridas y otras “fiestas taurinas” que desde la Edad Media, terminaron afirmándose en la península ibérica y en la posterior Monarquía y República Española, hecho que no sucedió en otros territorios europeos, en especial del área mediterránea.

Los toros, las vacas y la actividad ganadera pastoril, verbigracia la llamada “fiesta de los toros” llegó a nuestras tierras durante la invasión y “conquista” española, y a través del tiempo ha tenido un crecimiento sostenido aunque desigual, guiado por la ideología de “lo castizo”, de “lo blanco” y de “lo hacendario”; además de estar ligada a la modificación de la dieta macrobiótica andina por aquella omnívora pregonada como superior, por las población castellana alienígena; esto se suma a su vínculo y alianza aparentemente insólita con las prácticas religiosas y cristianas implementadas por las autoridades de la iglesia católica, amen de su burdo correlato con el sistema político administrativo autoritario, proveniente del régimen colonial.



Una recuperación de este imaginario colonialista se efectuará en los primeros años de la década del 60, a tal punto que Quito y su “Feria Jesús del Gran Poder” fue enarbolada por la alianza católico, quiteñista, hacendaria, ante el avance peligroso del “comunismo internacional” bajo el mal ejemplo de la “revolución cubana” para las juventudes revolucionarias ecuatorianas de la época y, fue desde entonces promovida como de “las mejores de América”, debido a la presentación de “toreros de gran renombre”, haciéndola coincidir con el fortalecimiento del imaginario “colonial y castizo” de “Fundación de la Muy noble y Muy leal San Francisco de Quito, el 6 de diciembre de 1534”, en acuerdo con la difusión del credo católico pretendidamente “civilizatorio”, implementado por la corona española.

A la discusión contemporánea, entre “fiesta” y “matanza “se la puede interpretar como parte de la discusión de los imaginarios mundiales contemporáneos entre quienes sostienen el apego o “veneración por la naturaleza” como matriz primordial de las sociedades indígenas o nativas y la de aquellos que propugnan “la modernidad”, denotando en los sectores de mayor conciencia biocultural y proyección biopolítica, un pretexto de verdadera crítica al canon euro y antropo-centrista y/o “especista” (el ser humano como única especie evolucionada) este úlitmo proveniente de la llamada "sociedad de occidente" (verbigracia mitología judeo-cristiana) así como símbolo de la permanencia de una ideología capitalista que presume de “globalizada”, universalista y “a tono con el progreso tecnológico” de los “países más desarrollados” del orbe.



Quienes tienen gusto y afición por lo taurino propugnan, -rebasando el terreno artístico hacia el político-, que “en democracia” todas las personas “son libres de actuar y de escoger lo que ellos quieran”, como opción de vida, cultural y festiva”. Este debate siempre acarrea polémica desde las nuevas conciencias de identidad quiteña, pues la tauromaquia es una fiesta implantada desde la época colonial sobre las fiestas solsticiales y equinocciales indígenas y en los lugares sagrados, canchas indígenas o en los ejes o ceques de camino ritual, los mismos que se mantienen en su forma sincrética hasta nuestro días, en forma de caminos procesionales y vías de romerías o que han sido paulatinamente ocupados por edificios coloniales y templos cristianos; incluso la fiesta taurina ha servido como mecanismo de proselitismo y ocultamiento de aquellas actividades rituales indígenas de carácter solar y lunar, siendo implementada como fiesta pretendidamente “popular” en ciudades menores andinas y aún en pueblos de fuerte población indígena, gobernados hasta hace pocos años, por elites pueblerinas con pretensiones “blanco-mestizas”.


Para sus “amantes”, la tauromaquia es considerada “un arte” una verdadera “poética” y hasta “una estética”, por toda la “carga simbólica” que ella conlleva. Sin embargo, a la tauromaquia en términos generales se la puede considerar como un verdadero ritual premeditadamente ideológico, cargado de intencionalidad y para ciertos sectores, como la expresión remanente del maniqueísmo ideológico religioso que estigmatiza y establece diferencias insalvables entre “el bien y el mal”, entre “la vida y la muerte”, “entre lo luminoso y lo oscuro”; además de constituir para sus defensores, un acto de valentía de ciertos super- héroes (“matatoros”) que se juegan la vida, al enfrentarse a un animal cuyas características son de bravura y comportamiento de “naturaleza instintiva”, convirtiendo al acto taurino en una verdadera metáfora de supremacía del “mundo civilizado”, frente a aquel bárbaro y “salvaje” de culto y veneración a la naturaleza “aun no dominada”; cosmovisión atrasada y pretendidamente "remanente de los pueblos primitivos” .



La moda, también es parte fundamental de los imaginarios taurinos ecuatoriales, pues se la ha visto cada año, que genera una nueva tendencia en cuanto a la forma de vestir y de usar el “traje de luces” desde las ya lejanas épocas feudales, de los “matatoros” hoy llamados eufemísticamente “toreros” y, denota su influencia en la difusión de “modas” entre los asistentes a la “fiesta”, bajo el uso y/o abuso anárquico de códigos y modas que expresan de modo patético barrocas vestimentas a “lo andaluz”, “lo cowboy” y “lo montubio ecuatorial” esto último por el uso de elegantes “panamá huts”, gafas y jeans de marca ; esto se suma a la manipulación de modelos y accesorios que se consideran deseables o verdaderos códigos de “buen gusto” y de distinción por parte de las elites criollas, quienes posan ante las cámaras de los medios de comunicación de corte amarillento, haciendo visible un verdadero y folklórico “jet set” político, intelectual y artístico.



A pesar de que la mayoría de la población quiteña no muestra interés alguno por esta actividad sin tradición cultural ancestral y, de que los “toreros ecuatorianos” no poseen gran renombre a nivel internacional, la empresa creada para administrar la feria con apoyo incondicional del municipio quiteño: CITOTUSA así como las ganaderías ecuatorianas de “toros de lidia”, consideran a la fiesta de los toros como una verdadera cruzada comercial y de ganancia alternativa a sus “intereses agro-capitalistas-pastoriles” y se erige como la propulsora de una “buena imagen” para la ciudad de Quito y para todo el país, de modo que en los últimos años han tenido inusual reaparición en nuestro medio también los “matatoros nativos”: algunos hijos de hacendados y empresarios ganaderos (pues los anteriores más bien provenían de sectores populares) siendo habitualmente magnificadas sus participaciones en las ferias de México, Colombia y Perú, y en alguna ocasión memorable hasta en los legendarios cosos de España...


La esencia del futuro debate taurino-antitaurino, a estas alturas de la primera década del siglo XXI y en ocasión del “50 aniversario de la feria Jesús del Gran Poder”, parece centrarse entre los intereses comerciales de “los empresarios de la fiesta”: vinculados al aspecto “lácteo- turístico y financiero” del evento, con aquellos de los “ciudadanos comunes” y en especial con aquellos de los activistas ecologistas, “animalistas” y gestores de los nuevos imaginarios urbanos anticoloniales por un “Kitu milenario” y multicultural, que rebasando la visión colonialista de la ciudad de Quito por parte de las elites seudo castizas, quieren resignificar a la ciudad metropolitana actual para ya no ser más una “ciudad española en el Ande”.

Si los taurinos, argumentan que esta actividad mortal: es toda una “fiesta de tradición popular” y los grupos empresariales anclan sus identidades colectivas en la “fundación española”, además de resalatar los “grandes beneficios” que la “FERIA JESÚS DEL GRAN PODER” aporta a la economía del país, e incluso a los “sectores populares” quienes incentivan con las fiestas taurinas sus economías marginales, -incluso con la venta y/o contrabando de la gran cantidad de carne faenada durante la temporada-, la cual es comercializada y consumida de manera ilegal y a veces clandestina en los barrios populares y en los poblados de la micro región quitense.

Este imaginario de activación económica y del turismo en la ciudad, cuyas estadísticas y bondades para el conjunto de la población no son evidentes, es soportado, difundido y promovido a través de estrategias de comunicación masiva a nivel escrito, radial e incluso a nivel de programas de farándula audiovisual, felizmente sin mayor audiencia frente a otros programas de entretenimiento de nuestra poco feliz industria televisiva; todo ello muestra los esfuerzos del capital financiero y hacendado taurino, por reactivar las cualidades de la inserción de Quito, en el “circuito tauromaníaco internacional”.



En lo que se refiere al imaginario contemporáneo de los ecuatorianos frente la tauromaquia, este aparenta cada vez más y de modo progresivo, ser de rechazo y es muy posible en poco tiempo, la implementación de una consulta popular para su abolición a pesar de la complicidad del gobierno municipal por evitarlo; asistiríamos entonces a un escenario inédito para pensar en su resignificación desde ángulos sociales, históricos, ecológicos y multiculturales, puesto que en sondeos previos, la mayoría de la población quiteña, lo considera como un “acto cruel”, tanto para los seres humanos que actúan y observan, amén de los animales que en este acto violento intervienen y son torturados; imaginarios que son coherentes con el interés de la población mundial sobre las especies animales y la situación de la naturaleza en general, en especial ante el fenómeno de cambio climático del planeta.


Diego Velasco Andrade
Kitu, Tierra de la mitad
1 de Diciembre 2010
DÍA DE LA RESISTENCIA DE LOS PUEBLOS KITWAS