2 poetas palestinos
Mahmud Darwish
Palestina
Palestina
Nosotros amamos la vida
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella,
bailamos entre dos mártires y erigimos entre ellos un alminar de
violetas o una palmera.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.
Robamos un hilo al gusano de seda para construir nuestro cielo y
concluir este éxodo.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella,
bailamos entre dos mártires y erigimos entre ellos un alminar de
violetas o una palmera.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.
Robamos un hilo al gusano de seda para construir nuestro cielo y
concluir este éxodo.
Abrimos la puerta del jardín para que el jazmín salga a las calles
cual hermosa mañana.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.
Allá donde estemos, cultivamos plantas que crecen deprisa y recogemos mártires.
cual hermosa mañana.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.
Allá donde estemos, cultivamos plantas que crecen deprisa y recogemos mártires.
Soplamos en la flauta el color de la lejanía, dibujamos un relincho en
el polvo del camino y escribimos nuestros nombres piedra tras piedra.
¡Oh, relámpago! Ilumina para nosotros la noche, ilumínala un poco.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.
el polvo del camino y escribimos nuestros nombres piedra tras piedra.
¡Oh, relámpago! Ilumina para nosotros la noche, ilumínala un poco.
Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.
Muin Basisu
Gaza, Palestina -1927
A un turista
Perdón, señora. Ha venido cuando
Las manos de los poetas han sido cortadas.
Las manos de los poetas han sido cortadas.
¿Qué hay para vender en el Este?
Nosotros hemos vendido a una turista vieja
que ha llegado antes
la tumba de Saladino
y la ciudad de Hittin.
Hemos vendido los jardines de Babel,
las flores y capullos en los mercados del mundo,
hemos vendido los dedos y los anillos.
No nos queda más que las pirámides,
¡y qué pesadas son sus piedras!
las flores y capullos en los mercados del mundo,
hemos vendido los dedos y los anillos.
No nos queda más que las pirámides,
¡y qué pesadas son sus piedras!
La esfinge está herida,
morirá si no abandona esta tierra,
si no se quita de su frente el cuchillo.
Perdón, señora. Hemos vendido el último ataúd,
hemos arrojado al río el último tintero
y hemos degollado al último gallo que cantaba.
No nos queda más que Dios,
que corre cual gacela verde perseguida por
todos los perros de caza
y galopantes mentiras.
Le perseguiremos. Cazaremos a Dios para usted.
Los que vendieron al poeta, señora,
venderán también a Dios
Fuentes
Los que vendieron al poeta, señora,
venderán también a Dios
Fuentes
Revista Isla Negra
Gabriel Impaglione
Imágenes de marchas por Palestina en Quito
Indymedia Ecuador
SOLIDARIDAD MUNDIAL
ANTE EL HOLOCAUSTO PALESTINO!
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