jueves, 29 de noviembre de 2007

SERIE: HISTORIETAS DEL PAIS DE LA MITAD


A PROPÓSITO DE LA INAUGURACIÓN DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EN CIUDAD ALFARO




AMOR FINO Y CANTO HUNO
A DON ELOY Y SUS MONTUNOS**


Texto extraído del libro HISTORIETAS DEL PAIS DE LA MITAD, 2007
de próxima aparición con ASIEDICIONES
(http://asiediciones.blogspot.com/)

Panfleto de Montoneras Patria Libre años 80



I

El poema nos sitúa en un épico
campo de batalla:

Gatazo fines de siglo cercanías de Riobamba
las huestes ostrogadas parece
son vencidas por el equipo visigódico
que ni bobo

trae en el banco suplente
a vándalos y alanos.

Del libertinaje ostrogódico está harto Teodorico
emperador de Roma educado en Bizancio
por los hermanitos cristianos.

Pero mirad ahí viene el indio Atila
el “azote de dios” y sus “salvajes”
ya llegan desbrozando el monte
para desnivelar la lid de un machetazo.


II


De modo que éste es Atila
vencedor de mis ejércitos
exclama en Carondelet Teodorico
al mirar la fotografía:

patuchito, regordete, pasadito en años…

Pero dicen que muy valiente
agrega su general de la Cuchilla
lleva más de treinta luchando por la causa
de los hunos
y de los ostro-godos…


III

Décadas:
el ejército visigodo se ve impotente
tratando de conservar sus extensos dominios
de patatas
pero un día Teodorico cae fulminado
por un tal Rayo
mientras retoza en Roma sobre un colchón de plumas.

Entonces el “bárbaro” rehace
la economía de la península
favorece la cultura y como buen hechicero
ordena dar vueltas al diablo por la nariz
de un ferrocarril
hasta que su reino desaparece
como el alba.

Ostrogodos visigodos y Mr. Harman
pactan en Roma:
tus patatas mi ferrocarril su cacao
nuestros barcos

¿okey señores godos?

Y sube al poder Leónidas
Casado con Gala Plácida sobrina de
un Tío lejano

Rápidamente promulga su edicto:
visigodo truequen sus rosarios
por las botas que ostrogodos importan
desde Texas.





Activistas de ¨Alfaro Vive Carajo¨en los años 80




IV

Atila retirase cansado al Panóptico
que para el efecto construyó Teodorico
pero es asesinado en una procesión
por el gran poder de hasta ahora incógnitos
cucuruchos.

Falto de guía el terrible ejército mont-huno
regresa a sus plantaciones.

Ya muy pocos recuerdan a Atila
dice en palacio
el ostrogodo Leónidas:

total

no fue sino el viejo luchador
de aquella horda de bandidos.




**Versión original: La Poesía no es un libro de poemas, Colección Matapiojo, 1989

lunes, 26 de noviembre de 2007

SERIE MITOLOGIA ECUATORIAL

VIVA KI TO MILENARIO



DIEGO VELASCO ANDRADE

Textos extraídos de Cordeles poesía,
K-Oz Editorial Julio 2005


VENIMOS

De un irrecordable amanecer cerámico
de luces y de sombras arrojadas
por un astro prehistórico
de hombres que tenían por oficio sembrar agua
entre los flancos de coloridos vestidos y enigmáticas inscripciones en la selva de danzas
ejecutadas a campo traviesa con un arte de alados
wyrachuros de dioses como manjares de animalitos que fermentaban el maíz de aldeas un día arrasadas por la peste de los barbudos de tierra amasada al sol
de coloridos tatuajes para embellecer los cráneos
de lavas que se bifurcan veloces por los valles
de esbeltos caminantes del páramo engalanados
con motas de kinua
de amarantos de mashuas
de pumas y cruces estelares
de vírgenes arrojadas al foso de los tiempos
de alborozos de alborotos de alzamientos
de ruidos de vida y también de matanza

venimos.


PÁJARO
CORREDOR



Trotaban
con el cabello sobre los hombros
descendiendo ágilmente
por entre los riscos de los Antis.

Pilotos de páramo llevando
spondylus de sal
y comunicaciones urgentes
brincando
como alpakas
por entre las verdes piedras
del Kapak Ñan
marcando
con sus oshotas
la ruta de retorno
del gran Wiracocha
convirtiendo en kipus
polícromos hilos de mazorca.

Chaskis de niebla
flotaban con sus bolsas de cabuya
por entre las pétreas nervaduras
del Allpa
serpenteando
entre las quebradas teñidas de sigses
en donde chuzalongos comilones
devoraban ratoncillos de indias
y flautas de carrizo
resoplaban tambores guerreros
tras los altos
Apus milenarios.

Jadeando
palpitando
amoratados los chaskis
enlazaban las aldeas
del Tawa
Intin Suyu
y
sus informes meteorológicos
cartas de amor naipes de coca
transacciones mercantiles
han quedado
cifrados en el

Kinty Ñan
áureo camino del colibrí:
recto sendero hacia

KI-TO
sacro corazón
de las serpenteantes
tierras
de

AMARUKA.



Antigua kancha inka convertida en plaza colonial

EN EL
PRINCIPIO
UNA
GOLONDRINA

Luego

de
la gran
inundación
del mundo
una pareja
descendió
del Kichinchay:

son Kitumbe
(hijo de Túmbes)
y Llira
hija de las suaves planicies
de Lliripampa.

Vienen
a procrear un hijo
al que llamaron Wayanay
que en tsafi-ki
(nuestra
lengua
primordial)
significa golondrina.

Y Wayanay migrará
a inagurar su
descendencia
en las llanuras plácidas
al pie de los Antis
y en el candente Wayas
de las tierras bajas
junto al mar...

…Y desde entonces
al Árbol del Bien y del Mal
le cuelgan
dorados granos de mazorca.


Fragmentos de HUNDIMIENTO
DE MU Y RELACIÓN
DE OTROS HECHOS
MISTERIOSOS OCURRIDOS
EN EL REYNO DE LOS COLBRÍES



Plaza de San Francisco, antiguo Tianguez de Kito

I.

Hágase la luz
y
fueron los truenos
instáurese el orden y arribaron
las tempestades

Y sobre un árbol
tatuado de serpientes
vimos jugosos al sol
y a la luna
copulando su ingrávida
herejía.

Y en el barro de un templo
en donde los simios
oraban
y la musaraña arborícola
tejía
dulces jeroglíficos
sobre el dolmen
descubrimos a un dios
dubitando
entre si crear o
repetir la noche:

Hágase el diluvio.

II.

Y en el comienzo
sean las aguas
migrando
hacia las vacías
provincias del poema

ingresando
con su eco
en el tímpano de las caracolas

germinando medusas
en los pilares
del perdido universo
de Mu.


III.


Mas

sobre la cima del Puñay
dos hombres sobreviven
fecundando a dos wacamayas:

Atawrupangui y Cusicayo

vienen del arcoiris
el rostro de amatista
y los ojos almendrados

divina voluntad de Pacha Kamak

hecha carne..



El mitico origen cañari de las guacamayas



IV.


Otros
emergieron del océano
mientras el alma de Mu rugía
allá
en la Isla
de las Iguanas...

El viento los dio de bruces
contra el ombligo oceánico
y cuando un cóndor lunar
rasgaba en el aire
extraños peces:

Tumbe
hundió su bandera de crustáceos
en la arena.

Como salamandras sobreviviendo
al fuego ecuatorial
se esparcieron en la noche
guiados por la destellante
piel de las luciérnagas

hurgando nombrando
cazando descubriendo

el por qué de esta tierra borboteaba
una poesía salvaje
y el jaguar estampaba
un agrio sabor escarlata
en su obsidiana.

V.

Tumbe partió
en la Edad de las Sequías
a morar en los verdes destellos
de una piedra

De allí descendió como de un rayo
el poderoso Kitumbe
para remontar los altos conos
de la cordillera
en donde se hallaba congelada
la luz de las constelaciones.

Guiado por los destellos del sol
sobre el metal de los cerros
Kitumbe divisó una mañana
una suave planicie cerca de las nubes:

KI-TO:
tierra sagrada del medio

Allí depositó el Espíritu
de la Gran Esmeralda:
del misterioso
Reino de los Colibríes.

Imagen de montañas

VI.

Una noche
Llira y Quitumbe alumbraron
una golondrina:

Wayanay
flecha en el aire
voló vertiginoso hacia
el País de las Iguanas

Ahí permaneció 30 lunas
alimentándose de la salada ofrenda
que los pelícanos depositaban
en la arena.

más tarde regresó al continente
remontó de su tribu terrestre
a Ciwar: sexo de tierno maíz
y senos de kumará
y la poseyó sobre los duros brazos
de un ceibo

De ellos devino Atau

"Hombre siempre dichoso"
el niño abuelo del pueblo solar.


***

Llegan por Tacamez
en grandes balsas

No vienen
de la tierra del jaguar sagrado

No son los nobles
emisarios del señor
de la serpiente emplumada

Ni los comerciantes de jade
del territorio amarillo.

Son hombres blancos y barbudos
compuestos de dos partes
flotando su humo negro
por entre los mangles

Desprecian las ofrendas
de los nobles señores
de Chanduy y Picoazá

Destruyen las balsas
del gran Señor de Salango

Pisotean las cosechas de ciruelos.

Se mofan
de los sagrados rituales
al agua.

Poseen con lujuria
a las dulces doncellas del Jama.

Olfatean feroces
las secretas rutas hacia el País del Oro

Encienden
con sus arcos de fuego
nuestras moradas

Descubriendo
ante su paso
solo
calaveras.




RUMI ÑAWI


Cara de Piedra
fue su nombre
y su vivir parpadeante
avistaba
sombras señales flechas
desde los tiernos ojos
de una allpaka.

Rumi ñawi
viejo tótem:

en el país de higos
donde entretejes
tus rumores
giran los pumas
de tus ojos
como un frutal vuelo
de pingullos
desafinando el aire.

Rumiñawi:

retruécano de koka
duende de ají
llauto de helechos
en la rotación de la oka

Bebes wayusa tibia
en el vientre del páramo
como el señor de Extremadura
beberá sangre en las calaveras
de Cajamarka.

Ojo de piedra:

guerrero de azares
alacrán indio celeste
forastero de un rojo cielo
desbordado
de sus odres:

Tuya es la misión
de esconder los tesoros del padre
en la amarga uña del ñáchag
en las negras plumas del cóndor
en la subterránea
alquimia
de la papa.

Tuya la vieja armadura
de guerrero colonche
gateando sin ojos
por entre las hogueras
de la santa espada.

Tuya la ingravidez
de los hongos
del san pedrito
y de la ayawashka

Tuya la primera cosecha
de cacaos
tuyos esos ecos ecos
resonando
en la íntima cueva
de aquella fiera silvestre
que no atina
a desatarse .

Labio de piedra:
alto guardián del misterio
cifrado por
los Amautas.

Desde la alta copa
del árbol lunar en donde estampas
el veneno de tus dardos
una recia música de humus
llegará un día
contigo a desatarnos.

Puma de piedra
encendedor
de poggios manantiales:
con tus huesos de armadillo
haremos un gran tambor de aire
y serás mucho más
que un silbido de tristes quenas
en la cotidiana niebla
de la Paccha.

Onda de piedra

anciana imagen
del tiempo
memoria que te revuelves
en diques y diamantes

Tu espíritu disuelto
como el maíz tierno
en la colada
echará raíces de humo
en las hojas verdes del bijao

Surtirá de savia seminal
el movimiento

del gran cetáceo ondulante...


Rumi ñawi:

astro de piedra que ardes
y que giras
y que nos retozas
en la memoria

ha s t a

c u m p l i r t e.


Cacique ecuatorial con penacho y pectoral de oro, cultura La Tolita

ATAWALLPA


I.

Atawallpa
gran tayta del
Chinchay Suyu
la inquisición y el garrote arden sobre ti
y un corno de spondilus llora en yaravíes
tu desgraciada muerte en Cajamarka.

Atawallpa
en nuestro
sol subterráneo
aquél del Uku Paccha
tu tesoro de kipus y taptanas
aún refulge
sumergido
con el tosco galeón
de los piratas.

II.

Serpiente andina
del devenir ondulante
partícula solar del gran todo
tayta de las cuatro regiones
enlazador de mundos

ATAW
ALLPA

Bogan heridas tus balsas
por el marino reino de Jama
soñando aún en navegar
al enigmático
País de las Iguanas.

Ataw Allpa:
transparente yachag
cristo cobrizo del noveno Paccha
oráculo de coca pisoteado por las botas
de aquel bizarro demonio

de huesos y de oros.


Vista aérea de la acutal Plaza Grande de Kito



KITO

PALIMPSESTO



I.

Antigua
vertiente cristalina
del Ki-chincha
que hoy solo trae inmundicias
y bajo la constelación del mono
en el Wanakauri
el cuerpo de la luna
despedazado en ruinas.

Tayta Inty
es un ecuatorial cienpiés
de patas rojas
que aún se yergue y cae
perpendicular
sobre la gran kancha.

Y en la calzada
del sagrado cordel de oro
que religaba
las moradas del sol y de la luna
fantasmas de apachitas kitu-caras
vigilan un sendero
de mohosas cruces latinas
que señalan sin saberlo
el amor entre dos pirámides:
Yavirak y Wanakauri.


II.


Titilan
los rayos de Inty
hacia el Conti Suyu
obligando al Kitu milenario a repatriarse
a mimetizarse a recular
ante el vertiginoso avance
de tenebrosas luces de neón
que iluminan las estatuas
de leoninos patriotas.

El ayer
centro sagrado
no es más que un puma
despedazado en calles y en manzanas
que ayer rugía radiante
al ingresar en las profundidades
y ahora tan solo un mapa extraviado
en la hispana memoria
del morisco Ben-Alcázar.


III.


Más hacia el KI
la antigua morada de Atawallpa
ha sido hollada por nuevas conquistas
y el ancestral Ushnu
(esbelto obelisco
que ensartaba en su ojo
el sol tierno de junio)
es ahora solo una oxidada torre
tañendo a misa de beatas.

Y hacia el Coricancha
Templo del sol
erigida por el gran
Wayna Kápak
solo yace enjuta la blanca Catedral
levantada por miles de diablejos
que aún masturban
su avaricia
sobre un dios impotente
crucificado y sangrante
en barrocos altares
pan de oro.



Templo inka de Pachuzala, actual capilla de San Agustín del Callo

lunes, 19 de noviembre de 2007

SERIE: KITO MILENARIO

A LA BUSQUEDA DEL ¨REINO DE LOS COLIBRIES¨

Por Diego Velasco Andrade, Ph.D**.


ECUADOR

Es un país irreal limitado por sí mismo,
Partido por una línea imaginaria
Y no obstante cavada en el cemento
al pie de la pirámide


Jorge Enrique Adoum


Quito en los primeros siglos de colonia

Quito, “paisaje cultural de la humanidad”, desde tiempos ancestrales ha constituido no solamente lugar de encuentro para los pueblos y culturas andino- amazónicas y pacífico-ecuatoriales, sino aún de la misma Amaru-ka o “tierra de la serpiente sagrada”, que con su reptar anuncia el cambio espiral de la pacha o tiempo-espacio cada 500 años: en un Pachakutik…

Su posición equinoccial de lugar del centro del mundo, o morada del “sol recto”, atrajo desde tiempos ancestrales a diversas poblaciones que se instalaron en su meseta, colinas y valles adyacentes, al borde de inmensas cochas hoy devoradas por el “progreso urbano”, tal el caso del que habrá sido el inmenso lago-represa de Iña-kito, desecado lamentablemente por los invasores para el pasto de sus ganados vacuno y ovino que no son originarios de estas tierras.

Así, el mítico “Reyno de Quito», en el necesario hallazgo identitario de Juan de Velasco en el siglo XVIII o el “Reino de los colibríes” en la poética acepción de Carrera Andrade, debido a la multitud y diversidad única en el mundo de esta diminuta ave sagrada K-I-NTI o KINDE, las tierras del KI, han sido el asiento central de una verdadera “civilización ecuatorial” que recién hoy empieza a ser advertida, valorada y develada...


Constelacion de Chincha o de La Osa Mayor
A inicios del siglo XVI, cuando el imperio inka termina por “adscribirla” a su organización cósmico territorial, ya constituye la capital y el centro ceremonial floreciente del CHINCHAY SUYU, reflejo sagrado de la constelación de CHINCHAY: la de las siete estrellas que forman el mono en nuestra cosmovisión andina (la de Osa Mayor para los occidentales) y que se tiende a los pies del volcán KI-CHINCHA tayta de los naturales de Kito, y hacía parte de la más grande unidad política y cultural de AMARU-KA: el gran TAWA-INTI-SUYU : las cuatro partes o regiones del sagrado mundo solar andino…



Ceramica karanki con el mono chincha y las cuatro direcciones del sol


Mas, a la llegada de los españoles durante la tercera década del siglo XVI, Rumiñahui decide quemarla en su retiro hacia una resistencia de “guerrillas” y poner a buen recaudo los tesoros materiales y cosmogónicos Kitu-Incas, antes del arribo del ex “puerquero” y analfabeta español Sebastián Moyano, con su alias morisco “Ben-Alcázahar” lugarteniente del muy “noble y leal” Francisco Pizarro, asesino a traición del inca quiteño Atawallpa en Caja Marka. Así, la fundación española de “un San Francisco de Quito de pacotilla” el 6 de Diciembre de 1534, se realiza luego de la primera y apurada “fundación” en territorio Puruway, de la Santiago de Quito a orillas de la laguna de Colta o Kulta Kucha actual Provincia del Chimbu-razu, en vista del avance de Pedro de Alvarado posible contendor en la empresa que luego cooptaría el cruel Ben-Alcázahar, quien en su ansiosa búsqueda de tesoros, llegará hasta el santuario ceremonial Kitu Karan-ki del Kinche actual pueblo e iglesia del Quinche) degollando a niños, mujeres y ancianos que se encontraban en su custodia, en su belicosa e infructuosa búsqueda de El Dorado, como lo atestiguan historiadores veraces como Andrade Reimers.

Después, durante los siglos XVII y XVIII, en la capital de la Real Audiencia de Quito, se construyen iglesias y conventos, edificios públicos y residencias privadas, sobre los antiguos espacios sagrados (la gran kancha ceremonial Kitu en la actual plaza de la independencia) y sobre antiguos templos, edificios y casas kitu-inkas. Ahora, ornamentadas con altares en pan de oro, esculpidas y labradas en piedra por los mismos artesanos descendientes de KI-TUMBE el mitológico fundador de las tierras altas y bajas de KITU y TUMPES de la actual región andina y costera ecuatorial (HANAN Y URIN en la dualidad andina) Hoy, la ciudad metropolitana, san franciscana y desmemoriada de Quito contemporáneo, constituye UN PAISAJE CULTURAL HUMANO, el testimonio mudo de la mixtura y palimpsesto de las culturas ecuatoriales, andino americanas (no latinoamericanas) y occidentales, desde hace casi dos mil años y no solamente un “patrimonio histórico” de un supuesto arte colonial europeo, transplantado mecánicamente en nuestras tierras a partir de su fundación española, como quisieran algunos estudiosos serviles a la colonización y la “madre Patria”.

KI TO EL SHUNGO CORAZON DEL MUNDO ANDINO ECUATORIAL

El espacio de las sociedades de tradición a diferencia del de las contemporáneas dice el historiador de culturas Mircea Eliade, no es “homogéneo”, él presenta rupturas, roturas, desgarraduras, hay ciertas porciones de espacio cualitativamente diferentes de otras; esta “no homogeneidad espacial” se traduce por la experiencia de una oposición entre el “espacio sagrado”, aquel que “existe realmente” y otro extendido, común y profano que lo entorna. Hay entonces “espacios sagrados” fuertes y significantes y otros llanos y sin estructura, amorfos y sin energía. Digamos que la experiencia religiosa de la no homogeneidad del espacio en las tierras del KI, debió constituir para nuestros pueblos ancestrales una experiencia primordial comparable a una “fundación de mundo”. Esa ruptura operada en el espacio buscando un corazón o centro, permitiría la constitución del mundo ecuatorial en el valle de Lullumpampa y en las cuatro direcciones (no en la folklórica ciudad Mitad del Mundo) y esto, a partir del cerro o pirámide de Katequilt o Katequilla, como lo demuestran con técnicas arque-astronómicas contemporáneas los científicos ecuatorianos que sustentan desde hace una década contra viento y marea, el proyecto QUITSATO (http://www.quitsato.org/) pues aquella constitución central descubriría el “punto fijo”, el punto angular de toda orientación futura para la civilización Kitu Karanki; aquel punto fijo que jugaría el estatuto ontológico de existencia de las culturas ancestrales del actual Ecuador, a las que el riobambeño Juan de Velasco llamó en su tiempo y comprensión colonial: “El Reino de Quito”.

LA TIERRAS DEL SOL RECTO EQUINOCCIAL

El cerro y tola de Catequilla, imagen proyecto Quitsato

El mismo Mircea Eliade, en su obra Lo Sagrado y lo Profano, conduce su mirada a la estructura misma de la creación del espacio en las sociedades tradicionales, explicando su origen y señala que “puesto que el espacio es simbólico, ubicar y ocupar un CENTRO constituye una experiencia espiritual primaria de toda civilización”…y la experiencia de aquel “espacio sagrado” hace posible una “fundación de mundo”; ahí donde aquella centralidad se manifiesta el espacio real nace a la existencia; pero esta irrupción no se limita a proyectar un punto en el medio de la fluidez amorfa del espacio profano, una suerte de “orden del caos”, sino que su aparición genera también la noción de un eje axial vertical sobre el paisaje que efectúa también una ruptura de nivel entre “el mundo del cielo” HANAN PACHA y el “mundo de la tierra” KAY PACHA; entre el mundo celeste, el de los seres humanos y tambíén el del inframundo UCKU PACHA, los tres mundos axiales de la cosmovisión andina.

En ese contexto, la noción de CENTRO DEL MUNDO, a partir del cerro o pirámide de KATEQUILT, definiría una cuestión vital en el desarrollo de las culturas ecuatoriales, pues la constitución de ese “paisaje histórico cultural” llamado desde diferentes ópticas “Reino”, “Estado” o “Señorío” de KI TO, debió haber coincidido con la aparición de una arquitectura monumental: aquella de las TO-LAS o pirámides que caracterizan a nuestra civilización ecuatorial; así como con la búsqueda de una escritura simbólica en cerámicas, objetos metálicos simbólicos, sellos, tapices, vestuario y en fin, en el mismo territorio, a través de la localización de pukarás, templos, caminos, e hitos geodésicos y astronómicos llamados wankas piedras volcánicas y de inti watanas piedras rituales alineados en base a ceques o radios de organización comunitaria y espacial; en suma, con el ordenamiento del mítico “caos original” para el desarrollo de “su civilización de centro de mundo”, aquella a la que también pertenece la del KI TO milenario y ancestral.

Basándonos sobre la etimología del fonema tsáchila o TSAFIQUI "KI" (centro o lugar) y de otros conexos como TO (tierra o mundo), a despecho de otros “intelectuales” funcionales al sistema, nosotros sostenemos que la conciencia espacial de los habitantes del “ecuador precolombino”, estuvo desde sus orígenes, íntimamente ligado al conocimiento geodésico y cósmico de su ambiente sagrado. así, la utilización de toponímicos con el prefijo o sufijo KI tales como Kito, Pusuki, Pumaski, Cochaski, Kinchi o Sangolkí, (por nombrar solo unos cuantos en la micro región de la actual ciudad de Quito), nos permite inferir un ordenamiento ancestral de las tierras del KI; igualmente, que esta conciencia estaría estrechamente ligada a cifrar una escritura geodésica y simbólica del CHAWPI MUNDO o del INTI ÑAN o del camino del sol de este a oeste, pues es necesario remarcar que la palabra ki-t-chwa "chawpi", contrariamente a la palabra castellana "centro" puede también significar el medio, la mitad o el camino de un extendido lineal entre dos campos o quizás “entre dos hemisferios”; de allí que si INTIÑAN significa camino del sol, CHAWPIÑAN querría decir “camino o soga de la mitad” del mundo: aquella línea equinoccial tan afanosamente buscada y “mal calculada” por los geodésicos franceses y por la ciencia racionalista occidental del siglo XVIII.


HACIA EL VERDADERO CORAZÓN DEL “REINO DE LOS COLIBRIES”



La semicircunferencia de Catequilla y el àngulo de la ecliptica, imagen Quitsato

Desde tiempos inmemoriales la forma y el centro de la tierra constituyeron un problema para los sabios de Egipto, Babilonia y Grecia. Luego, los científicos de la “Europa cartesiana” buscaban conocer la forma exacta de la tierra y el lugar por donde atravesaba exactamente la línea ecuatorial. Si Newton tenía razón, la Tierra debía ser aplanada en los polos y ensanchada en el “ecuador”; entonces la Academia Francesa de Ciencias envía dos misiones geodésicas: la una hacia el polo norte y la otra hacia la zona ecuatorial para medir “in situ” la longitud de un arco de meridiano equivalente a un grado. Si la expedición polar enviada a Laponia pasa su aventura sin mayores contratiempos, la expedición llevada a cabo en la región del antiguo “Reino de Quito” (llamada entonces Real Audiencia de Quito) estuvo marcada por interminables disputas entre los científicos e incluso por la muerte o desaparición de algunos de ellos.

Sin embargo de que la famosa expedición de La Condamine determina en 1736 la que creíamos la "posición exacta" de la línea equinoccial, es decir una latitud cero en el largo máximo o “cinturón de la superficie terrestre” y la localizan a 20 kms. al norte de Quito, un hallazgo contemporáneo bajo la utilización de nuevos útiles de posicionamiento geográfico satelital (PROYECTO ETNO CIENTIFICO QUITSATO http://www.quitsato.org/) ha demostrado que un semicírculo de piedra en la cima de una pequeña montaña casi desértica y convertida hasta hoy por inescrupulosos mercaderes en lugar de explotación de polvo de arena: CATE-KILLA, situada a 200 metros de la posición determinada por la expedición francesa, señala la verdadera “mitad del mundo” y que ésta pirámide natural, así como otros lugares por donde atraviesa la línea equinoccial (la nueva mitad del mundo erigida cerca de Cayambe, Lumbaki en la amazonía, Isla Isabela en Galápagos o Pedernales en el Pacífico) constituirían desde hace mil años un alineamiento sagrado y primordial para la civilización KITU-CARAN-KI..


Esto demuestra que los conocimientos astronómicos de “los hijos del sol recto”, en los alrededores del año 1200 y mucho antes de la expansión de los inkas, fueron tan altos como aquellos de los egipcios, babilonios, mayas o aztecas, pues estuvieron familiarizados en su relación con los puntos cardinales y las constelaciones como la de Escorpión, Osa Mayor, Sirio y con la misma Cruz del Sur; pero en especial con el conocimiento del movimiento de presesión de los equinoccios, debido a la inclinación del eje de la tierra (23º 27`) y por lo tanto, con el ángulo de la eclíptica que influye en la orientación de las salidas y puestas del padre sol o TAITA INTY (no del “dios sol”), durante las cuatro grandes partes astronómicas y rituales del año: dos solsticios y dos equinoccios; conocimientos todos que fueron magistralmente diseñados en la estrella solar KITU-KARANKI.

La estrella solar kitu-karanki, signo identitario de las tierras del centro, imagen QUITSATO

Para determinar los equinoccios y solsticios de manera exacta, los pueblos del centro del mundo contaban con un sistema muy simple y por lo mismo admirable para su tiempo: utilizaban un gran cilindro sin techo, como aquel del hoy desaparecido templo de PUNTIACHIL en Cayambi, hecho de cangawa y piedras, de aproximadamente 18 metros de diámetro y ocho metros de alto, con una puerta de entrada para el ingreso del TAYTA YACHAK, aquel sacerdote y astrónomo encargado de encender el fuego equinoccial con el reflejo del sol en espejos metálicos sobre una chamiza y por lo tanto encargado de orientar la vida social, cultural y el calendario agrícola en estos territorios.

A pesar de su aparente simplicidad, aquel cilindro constituía un observatorio astronómico complejo y un lugar privilegiado para la observación ecuatorial del movimiento del sol cuando este se encontraba próximo al cenit; la fecha cuando el sol iluminaba totalmente el fondo del cilindro y no proyectaba ninguna sombra, -ni adentro ni afuera-, era la hora cero o la del “sin tiempo”, del pasaje horizontal del sol de este a oeste exactos, del camino juguetón del TAITA INTY sobre la soga sagrada del CHAWPIMUNDO ( 21 de marzo y 23 de septiembre respectivamente).

Vasijas andino ecuatoriales con el signo identitario descrito


He ahí entonces, la real y ancestral significación del actual nombre de ECUADOR (línea que une y “no divide” a los dos hemisferios) y el de KI-TO (no exactamente la ciudad actual) sino el de la “tierra del centro” o “mitad de la tierra” para la búsqueda y construcción de nuestras pasadas, actuales y futuras IDENTIDADES ECUATORIALES; y esto a despecho de quienes ahora la niegan con su política y con su obra de “señas particulares” y “líneas imaginarias”; y también de aquellos que estigmatizan “las costumbres de los ecuatorianos” y que quisieran vernos esclavizados ya no por la cruz de la “santa inquisición”, sino de la “santa globalización”, aquella de los nuevos dioses blancos y barbados que llegarán otra vez desde el norte “a salvarnos”…


CONTINUARÁ ...


**Estos textos de divulgación, están basados en la tesis doctoral del autor ANTROPOLOGIA DEL ESPACIO: mitos, ritos e imaginarios de habitar en tres ciudades del Ecuador” previos a la obtención de su doctorado en la Universidad Católica de Lovaina- Bélgica, 2003-2007.

viernes, 16 de noviembre de 2007

SERIE: KITO MILENARIO








A PROPÓSITO DE LA FUNDACIÓN DE LA MUY NOBLE, MUY LEAL
Y MUY CASTIZA SAN FRANCISCO DE QUITO



NOTICIAS DE LA CONQUISTA DE QUITO
Y DEL LAMENTABLE ESTADO
EN QUE SE ENCONTRABA EL REYNO
EL PODER DEL TIRANO RUMIÑAHUI *



I

Pueblo bárbaro aún
sin plaza de toros, arzobispo, arcángeles
Rumiñahui se opone tenazmente
al progreso turístico
La Corona sabe cómo arreglar las cosas.





II

Es contratado el capitán Benalcázar
para terciar en Iñaquito
en mano a mano con el tuerto Almagro
y el matador Pedro de Alvarado.
Enterado de la feliz noticia, Rumiñahui exclama:
primero muertos que revueltos.

III

Dedín marín de do pingüé:
ruidoso concurso de los tres capitanes
Benalcázar Almagro y Alvarado en Riobamba
disputándose el primero de la tarde.

IV

Destrucción del último bastión bárbaro
avance triunfal de Benalcázar hacia Quito
Rumuñahi se repliega: quiere evitar la faena
Benalcázar lo persigue a sol y sombra
hasta que lograda su peligrosa captura
Cara de Piedra atado pies y manos
es conducido al burladero de Iñaquito



V

Benalcázar ingresa al coso
dando el clásico paseíllo…
Desatado, Rumiñahui embiste:
toro furioso
Benalcázar: manoletina y
c
r
u
z
a
d
o de pecho
la afición: zombreroz
y pañue
loz
blancoz

exige más pinchazos del de a caballo
que el matador hunda su cruz
hasta la empuñadura….





VI

Fundación de la Muy Noble y Muy Leal
San Francisco de Quito:

Benalcázar todo orejas y un rabo
inaugura la clásica verbena
bailando pasodoble con un fraile

sobre la roja calavera
del bicho.




*DIEGO VELASCO ANDRADE

De La poesía no es un libro de poemas, Colección Matapiojo, 1989

lunes, 12 de noviembre de 2007

SERIE UNA GENERACIÓN ABDUCIDA

SERIE UNA GENERACIÓN ABDUCIDA





BAJO EL SOMBRERO DE "EL POETA"
Rafael Larrea Insuasti
1942-1995

En 2007, se cumplieron doce años de la muerte física de Rafael Alejandro Larrea Insuasti, "alias" "el poeta", como lo llamaban sus amigos, alumnos y camaradas; uno de los activadores claves del movimiento Tzántzico: aquella banda iconoclasta creada y recreada en los 60, bajo el sombrero rojo de la revolución cubana. "El poeta" fue arquetipo de irreverencia contra el canon y lo "oficial", contra los bardos de cafetín y los florilegios de la "Real Academia Ecuatoriana de la Luenga", de aquellos nobles representantes de la literatura comarquiana de la época...

Rafael Larrea, siempre fiel a la propuesta tzántzica original, ligada a la acción y a una transformación posible del mundo; a una concepción ético-estética del hombre solidario, simbolizan una poética del optimismo, del avance, del siempre MAS, frente a aquella literatura que el "desencanto" y el "desencuentro" pudo extraviar a otros, que de reductores de cabezas devinieron minimales tzantzas del sistema, puesto que imaginar y construir un mundo más poético y estético, tal fue la bella tarea en la que Rafael Larrea Insuasti, perseveró hasta el final...

"Levantapolvos", fue su primer poemario (1969) una obra fundamental para entender la "poética tzántzica"; allí Rafael dispara lanzas, dardos, pucunas, verbos, flechas, pólvora, a la cabeza del buen burgués y hace arribar a María Campanario al café 77, a algún rinconcito bohemio de la plaza de Santo Domingo ; a esas picanterías y rockolas ya perdidas entre la cal de la renovación urbana, donde un día el poeta convocó a salir de su ataúd a la "vida perra / vida presidenta / embajadora vida millonaria", y propuso morir "al dizqueinventor de esta vida" /"ay qué alhaja", y salió a recitar sus levantapolvos montado en una escalera junto a Raúl Arias y Alfonso Murriagui, bajo una luna iconoclasta y parricida, oficiando de cómplice y encantador de una tribu utópica, a la que luego muchos intentaron subirse al vuelo...

Luego plantó "Nuestra es la vida", (1978) ; poética sentenciosa de influjo vallejiano, plena de "dados eternos " y de " morir con aguaceros ", tan andina y tan humana como la del peruano, en donde nos cantó poemas de amor a sus hijos y a su padre y a los '' constructores de este mundo'' ; a sus compañeros pintores, músicos y poetas del Centro de Arte Nacional, del Noviembre 15, del Taller de Literatura Joaquín Gallegos Lara : esa suerte de inventos utópicos que él ansiaba hacer reflotar ante el naufragio de dispersos y pasados "frentes culturales".

"Campanas de bronce", (Colección VivaVida 1983) editado por su compañero de armas literarias, ese otro gran ausente: Alfonso Chavez Jara, confirmó su nitidez poética frente al progresivo giro de sus contemporáneos hacia lo "cosmopolitista" y "lo solemne", "hacia el aburrido tonito de corte inglés"…, ensordeciéndolos con el sonido vigoroso de sus campanas, pues ahí Rafael intentaba re-tomar, re-asir, re-sonar ese nuestro ser andino renegado y maltrecho; aquel que persiguieran los Icaza, los Carrera y Dávila Andrade, los Miguel Angel León y Miguel Angel Zambrano; aquel paisaje poético con sombrero, poncho, y chuquirahuas; arcaísmo o "regresión indigenista" que pocos entendían, menos los jóvenes de aquel entonces, que entrampados en las luces de lo artificioso, en la angustia del embotellamiento y el stress de cemento, considerábamos anticuado, pero que nunca mejor que ahora: época de diversidades y multiculturalidad, se "deja leer" como un gran fresco de nuestra historia e identidad ecuatorial.




En "Bajo el sombrero del poeta", (El Conejo 1988), publicado ya en plena "Era del Desencanto" (para los escritores "oficiales" y/o "de oficio") Rafael extrae sombreros y conejos de una moderna chistera. María Campanario: ya menos bella y cuarentona, pero enriquecida de mundo, vuelve a recorrer los irónicos parajes del Patrimonio Cultural de alguna Unesco con tintes eurocentristas, que no mira a Quito como lo que es: un verdadero Paisaje Cultural Milenario...


En los 80, había corrido ya mucha agua bajo los puentes y bajo su sombrero había visto bullir muchas imágenes; el indio Alfaro se había estampado sangrante contra las paredes y el paisaje de la izquierda bien vestida parecía difuminarse. Mas "El poeta" seguía allí perseverando... Venía desde la tierra de la diosa Umiña: aquella de la gran esmeralda; luego de un corto silencio, más bien, de un arduo trabajo político subterráneo, regresaba a dar a luz un nuevo árbol. Venía de escribir no solo poemas sino también canciones: había hecho " que baile la Inés, que baile el ramón" el "capishca de la libertad" y había hecho zapatear con pañuelo tricolor a los comuneros de San Juan (ay caraju)...junto a sus compañeros músicos de Cantores del Pueblo y Noviembre 15, con quienes compuso, tarareo y zapateó, decenas de canciones que hoy forman parte del patrimonio musical de los pueblos del Ecuador.

"Nosotros, la luna , los caballos"( Búho Editores 1995 ) editado por Francisco Borja, es un regreso en espiral a sus fantasmas tzántzicos (como todos volvemos a nuestros fantasmas de juventud un día...). En él, Rafael detona de otro modo, aquella misma temática que junto a otros iconoclastas activó en los 60. Para ese entonces, ya su llama se extinguía, pero él se negaba a dejarla apagar...

En "La casa de los siete patios", obra póstuma ( CCE 1997 ) fueron recopilados los papeles de ese cajón "lleno de mundo" donde Rafael guardaba sus recuerdos, sus cachivaches, su línea política marxista leninista ML y su Quito de acordeón y aguitas de canela, confrontándolos poéticamente con otro Quito de casi fin de siglo, donde los cieguitos son arrollados por el Trole y El Bosque y el Quicentro, y en la Gonzáles Suárez, "globalizada" pasea todavía una María Campanario ya sesentona y talvez, felizmente abuela




En 2006, su familia y amigos, en proyecto con K-Oz Editorial, publicamos una antología poética de parte de su extensa obra, que resta todavía a conocer y a bien valorar, con el prólogo de su amigo y camarada Alfonso Murriagui Valverde.



La última vez que con Francisco Borja vimos al poeta (abril 1995), él sacó de su garganta un aire de alegría; y dejó por un momento su intestino en metastasis y nos habló de literatura, de amor, de política, de sus proyectos para alguna vida futura...; y nos retó a seguir escribiendo, peleando, royendo el "desencanto"...; la utopía perdida para muchos, jamás para él. Aún quejándose, sacó el charango de su estuche de alpaca y nos habló con sonidos que reverberaron en ésa, su casa nueva y de Magali: su compañera; en aquella morada repleta de guitarras y de libros, tan al norte de aquella de la Briceño en el legendario barrio quiteño El Dorado.

Acompáñenme ésta, nos dijo, y se acordó del poeta y cantor boliviano que murió junto al CHE en la selva; del tren bajando su humo nuevo desde la Argentina trayendo también a Raúl Arias y Alfonso Murriagui sus compañeros de ruta ; bajó otra vez en nostalgias desde el Illimani hasta La Paz y en La Paz se acordó del amor de la gente y del Tiawanacu y del reloj de piedra por donde el sol ingresa por su ojo en cada primavera. Y luego hasta intentó tocar mis llamitas y luego solo se fue, se fue por la menor, girando hacia un sol sostenido siempre naciente, por la menor se fue otra vez girando, girando en espirales.

Diego Velasco Andrade
Ki-To noviembre 2007



MANIFIESTO

Rafael Larrea Insuasti
1942-1995


Nosotros, los de este lado de la raya, nos negamos a redactar el testamento que, tan acuciosamente, solicitan todos quienes anhelan un respiro de irresponsable tranquilidad.

Mientras estemos vivos, Hablaremos. Y muertos, también. No hemos nacido para morir. No hemos remado sobre arenas movedizas, ni hemos desintegrado nuestro ser. No hemos bebido la luna de Li Po en vano.

Somos los gestores y partícipes, los responsables de los actos y las palabras, de los sueños, de la actitud y el pensamiento, los proponentes y los jornaleros, los poetas que damos testimonio.

Espartaco, el primer de los Tzántzicos, nos enseñó a erguir la espalda adolorida de todos los esclavos y a luchar por la dignidad del hombre.

Nuestra misión en la tierra es crear, no sobrevivir. Nuestra tarea es transformar.

No hay una sola dimensión del ser. Se es un instante y también el resto de la piedra. Cada cual es su propia sombra.

Los hombres somos tercos, porque somos realidad.

Seguiremos cuestionando la eternidad de las esfinges, arrebatándoles su sacrosanta justificación de la propiedad privada que mantiene en las “huachimanías” a los desposeídos y humillados.

La mañana es grande, más que la tarde, pero sólo la noche del creador recoge la dimensión del universo.

Muchos sentidos tiene la vida, algunos, como la memoria o la capacidad de valoración, son como los innominados cometas que, trae largas vueltas elípticas, retornan con sus colas maravillosamente iluminadas y nos sobrecogen de emoción desacostumbrada, sólo parecida a aquella primera vez que tomamos conciencia de la inmensidad del hombre, del futuro de la sociedad humana.

Asumimos el poder de lo irreverente, elemento vital de los poetas y los pueblos, sustancia de, lo nuevo, manto protector contra las erosiones, fuente inagotable de potencia creadora.

No habrá jeques ni alfombrazgos si no hay poetas que se inclinen ante el rey de pacotilla.

Tras los diluvios y los sismos, este otro tiempo. Tras una etapa de crisis, otra más general y profunda, y así en adelante porque los factores que la generan son los mismos. Pero, son los otros, los opresores, los que están en crisis. Los poetas y los pueblos la resolverán a su favor cuando asuman las riendas de sus destinos.

Este otro tiempo exige respuestas. Debemos dárselas. Unámonos.


Siguen vigente la palabra nueva, el hombre y el mundo nuevos.

“POR UN NUEVO MANIFIESTO TZANTZICO”

DURANTE EL ENCUENTRO CULTURA ENTRE DOS CRISIS (1988)

lunes, 5 de noviembre de 2007

IDENTIDAD Y LITERATURAS DEL ECUADOR

Màscara ritual y calendario encontrado en Chunocari

IDENTIDAD
Y LITERATURAS DEL ECUADOR


Diego Velasco Andrade
Ponencia presentada en el I Encuentro de Literatura Ecuatoriana en Ultramar
Casa de América-Barcelona, 31 de Octubre de 2007



Cuentan los abuelos que hace miles de años, después del diluvio universal, una semilla de maíz pudo salvarse en la cima del Kápak Urku, para germinar con el soplo divino y florecer en el triángulo energético formado por la mama Tungurahua, el taita Chimborazo y el Jatun Altar, cerro de oro.

Entonces, el primer hombre rojo hecho de maíz y, la primera mujer hecha de quinua, empezaron a crecer y multiplicarse con los ciclos de la tierra, el aire, el fuego y el agua. La mujer sería lunar y sujeta a los vaivenes del lechoso satélite; el hombre en cambio solar, cargado de la fuerza del fuego, mas siempre vulnerable al agua... Los dos cíclicos y complementarios, como la noche y el día, siempre naciendo con el amanecer y muriendo en el poniente; para renacer otra vez de sus cenizas con el alba.

Por eso, al explorar nuestras numerosas identidades ecuatoriales, bien vale recordar y empezar a valorar nuestras más antiguas tradiciones solares y lunares; empezar a sentirnos otra vez, hijos del maíz y seguramente hijos de la papa y de la quinua y del amaranto y de la mashua; para asistir como profetizó el tayta Atawallpa, (pasados quinientos años de oscuridad) al regreso de miles y miles de sabios amautas, de agricultores, de escribas o quipucamayoks, de poetas o arawikos, en fin de los miles de “astronautas” de la Nueva Pacha Ecuatorial, todo para iniciar el florecimiento de la humanidad en el “tiempo-espacio que vuelve”, en este Décimo Pacha-kutik, -que por cierto-, nada tiene que ver con ningún partido político o Alianza País...

Sí, porque desde el mítico “Reyno de Quito», en el necesario construir de identidades de Juan de Velasco en el siglo XVIII; de las “Tierras del Qui” para los visionarios esposos Costales a fines del siglo XX, o del “Reino de los colibríes”, en la bella acepción del poeta andino y planetario Jorge Carrera Andrade, Ecuador siempre fue, ha sido es y será el asiento de una milenaria civilización, un “centro de mundo” que hoy apenas comienza a ser develada…Y es en este nuevo tiempo, en este despertar, en este gozoso alumbramiento de una verdadera “nueva época”, donde ubicamos el sentido y valor de la construcción de nuestras identidades ecuatoriales.


¿RECORDADO PAIS, CÓMO TE LLAMABAS?
(Graffiti en las calles de Quito)

simbolo ecuatorial kitu-caranqui


Vivimos en la época de la paradoja, en la época de las minorías. Este es el tiempo veloz, vertiginoso, caótico, en donde se acabará pronto la noción de la literatura tal como ahora la entendemos y por tanto los seudo privilegios de escritor de oficio y su pretendido e inalcanzable canon; hoy, cuando algunos nuevos y viejos anarquistas prefieren encontrar en el hipertexto, en esa suerte de Biblioteca de Babel electrónica, la tela de araña en la cual enredar los bucles y el bigote del otrora escritor maldito y sus cómodos “mitos y ritos” de solitaria inspiración...

En tanto, nadie ha logrado todavía ponerse de acuerdo en cuál es el sentido contemporáneo de identidad en las literaturas del Ecuador. Polémica mucho mayor si nuestro escritor sigue porfiando en ser un tipo extraño y funámbulo, de “mirada oblicua”, mago de la palabra tibia, extasiado en encontrar el canon griego en un pajar, o en parecer un viajero lunar que prefiere vagar nómada por la aldea global, sin cargar la pesada cruz del escritor “esclavizado a su identidad”; o el escritor que prefirió dejar su “paisito”, donde nada pasaba más que una irreal “línea imaginaria” y que por desgracia aún no ha parido, y que en perspectiva no parirá jamás, un premio Nóbel de Literatura.

Cómo ubicar entonces la dimensión identidad en las últimas tendencias de la poesía y la narrativa ecuatoriana, con aires de internacional, nómada y solemne, evasora premeditada de la crítica social? En medio de este mundo caótico, o mejor "caórdico", qué sentido tiene hablar de la diversidad ecuatorial. Qué sentido tiene la dualidad agua y tierra; cuando montaña y lago ya no son más el referente de integridad en el mundo de los seres humanos runas en contacto con la tierra, sino que parecería el refugio de un minúsculo grupo de personajes rezagados de época y prófugos del mundo light, que se resisten a habitar en el laberinto artificioso de la realidad virtual...


TEXTO Y CONTEXTO/ LITERATURA, CAMBIO SOCIAL
E IDENTIDAD

Rafael Larrea Insuasti (1942 - 1995)


…“Nosotros, los de este lado de la raya, nos negamos a redactar el testamento que tan acuciosamente, solicitan todos quienes anhelan un respiro de irresponsable tranquilidad.

Mientras estemos vivos hablaremos. Y muertos también. No hemos nacido para morir. No hemos remado sobre arenas movedizas, ni hemos desintegrado nuestro ser. Nuestra misión en la tierra es crear, no sobrevivir... Nuestra tarea es transformar.

Los hombres somos tercos, porque somos realidad. Seguiremos cuestionando la eternidad de las esfinges. Este otro tiempo exige respuestas. Debemos dárselas. Unámonos. Siguen vigentes la palabra nueva, el hombre nuevo y el mundo nuevos”....

RAFAEL LARREA INSUASTI,
Propuesta para un nuevo manifiesto Tzántzico
1988



Con las palabras de Rafael Larrea, arquetipo del movimiento literario tzántzico de los años 60; escritor políticamente intransigente, tercamente revolucionario hasta su muerte ocurrida en 1995, bien vale preguntarnos al cabo de los años, qué pasó con el rol del escritor comprometido o contagiado del síndrome de Falcon del que nos hablara Leonardo Valencia Asogna: pobrecillo cargando su cruz de vocero social y superhéroe de la justicia; por qué la “literatura comprometida” de los 60 y 70, se fue diluyendo en los 80 y 90 en otra más “culta”, elitista, de “oficio”, oficiosa, oficial y/o de oficina y tan sofisticadamente “internacional”.

Por qué el escritor ecuatoriano, angustiado por tener fama y buen oficio o por la necesidad imperiosa del eufemístico “escribir bien”, devino ciego, sordo, y/o tartamudo, frente a la emergencia de muros derrumbados, ideologías caducas, comunistas y “blanco”s en desbandada; o, es que ante la ausencia aparente de nuevas “utopías realizables”, (aquel luminoso hallazgo cortazariano), se creyó mejor dispuesto a satisfacer su vanidad ocupando los blandos sillones de una cultura global, híbrida y sin compromisos.

¿Qué nos dejaron las últimas décadas literarias en Ecuador? el ocaso de los talleres y otras tribus literarias; la transfiguración de la poesía comunicante al escepticismo individualista y a una cómoda “teoría del desencanto” y del “desencuentro”, usado por algunos como mensaje de autopromoción y de marketing social; el cambio del humor negro y la literatura urbana por las novelas con titulillos de salsa, bolero y pasillo; el giro de los poemas amatorios a la compañerita guerrillera, por un erotismo femenino en muchos casos, artificioso, premeditado y reiterativo, por parte de una nutrida generación de ero-poetas.

¿Y qué parecen dejarnos los primerizos 2000?, pues una numerosa generación de escritores “light”, tan delicaditos y formales, tan bien informados en Internet del último chisme sobre Bukovsky o sobre Roberto Bolaño, pero tan sin historia propia, tan sin raíces y capacidad crítica sobre su propio país; con una angustia veloz por insertarse en el “mercado” de la literatura, aunque valdría dudar si en la literatura en Ecuador, se pueda realmente mercar…

Cuál entonces la posibilidad de buscar la relación contemporánea entre identidad y literatura, cuando en el Ecuador continental, nuevas tribus de ecologistas, maestros, estudiantes, transexuales, prostitutas, campesinos, indígenas, trabajadores, jubilados y jubiladas, ya no persiguen “tomar por asalto el poder”, sino reivindicar su común derecho a la cotidianeidad; al solo poder de crear y recrear su entorno vital, de usar su imaginación para sobrevivir al hambre, la violencia, la pobreza, la inseguridad: paradojas tan terrícolas en plena era global...

Sostengo que mucho de lo que escribimos o publicamos hoy en el Ecuador continental y paradójicamente en el ultramarino, no tiene concatenación con el panorama descrito; que la mayoría de lo que hoy editamos transmite un mensaje en retardo a lo que convoca “la nueva realidad”, o mejor a lo que convocan “las realidades” actuales; que no hay casi reflejos del escritor inserto en las identidades de su país, ni siquiera en las formas, mucho menos en los contenidos.

Mientras en el Ecuador continental, se están constituyendo nuevos paradigmas, nuevas propuestas, nuevas “utopías” y “ucronías” (sin tiempo y sin lugar), los escritores ecuatorianos, todavía no logramos captar esas oscilaciones, esos sismos sociales y culturales en su real intensidad; pocos advertimos de la necesidad de aportar a configurar una Bio-Cultura: “por y para la vida”, una sociedad del “buen vivir”, del “bien estar”, del Sumak Kamaña, como dirían los aymaras bolivianos, mucho más allá del concepto de desarrollo humano sustentable, etiquetado por los organismos supranacionales.

Cuántos de nosotros escritores, artistas e intelectuales, estaríamos interesados en aportar al proyecto de una sociedad bio-diversa, multiétnica y pluricultural como señala nuestra cuasi difunta constitución actual; la sociedad comunitaria de un hombre planetario en pleno siglo de defunción de la rosa, remitiéndonos otra vez al gran poeta Carrera Andrade. Y, en ese marco, cuál el rol del escritor en satisfacer esa necesidad ese placer y esa responsabilidad de escribir y soñar como derecho del ser humano…Nos parece que la misión de una literatura de identidades debería desatar sinergias, interacciones, olas sismos de corta y larga duración en la sociedad, para demostrar que escribir no es asunto de pocos e iniciados y que al ser escritores, nuestra meta literaria a largo término, podría aportar a crear y alimentar con los pueblos del Ecuador otros mitos, génesis y cosmogonías, ayudar a delinear de dónde venimos y hacia dónde vamos, como sucedió siempre con las mejores literaturas de tradición...

Cuando en los años 30, los escritores ecuatorianos decidieron asumir ser "la voz del indio" (in dieu: en dios) y del “montuvio”, asumieron su corazonada y su misión con valor; aunque lejanos a ellos, asumieron la realidad ecuatorial con híbridos ojos de mishu; la asumieron aunque impostando la voz, cuidándose no hablar con boca de patrón o de amanuense de hacienda; la impregnaron de un humanismo occidental, judeocristiano y también marxista, donde el hombre es siempre dueño de su razón y lógica antropocéntrica y geocentrista; desde el estereotipo y perspectiva de un hombre “blanco” y civilizado que se olvidó de dónde provino, a pesar de que su madre naturaleza nació hace mil de millones y él, como especie, apenas hace algunos cientos de miles...




EL ULTIMO EN SALIR, QUE APAGUE LA LUZ
Graffiti en las calles de Quito

Hoy nos encontramos en este nuevo espacio del Ecuador, la gran Barcelona donde habitan cientos de obreros, albañiles, peinadoras, niñeras, doctores, abogados, arquitectos, artistas y un largo etcétera de “migrantes” ecuatorianos configurando cada vez mas un Ecuador de Ultramar, que se construye día a día también en Estados Unidos, España, Italia, Bélgica y en otros lugares del planeta.

Y que hace el escritor ecuatoriano viviendo en Europa, funámbulo y migrante como tantos de sus coterráneos, acorazado muchas veces de su manido cuento del “auto exilio”, fingiendo vivir en un París “sin aguaceros” que bien hubiese querido Vallejo; con su inútil diploma de poeta en la sala, con pantuflas y corbatín, presumiendo cuando regresa al Ecuador continental que aparece en la primera plana de los diarios europeos, aunque quienes en realidad lo hacen son sus naturales compatriotas, víctimas del más burdo racismo y xenofobia.

Sin embargo, del mismo modo que las olas, que aparentemente separadas unas de otras son también el mar, la visión de escribir en un Ecuador Ultramarino nos parece, en todo sentido, tremendamente creativa y poética: utópica y ucrónica “sin lugar” y “sin tiempo”; tan similar a lo que los escritores de Ecuador, hacemos cotidianamente para crear una literatura carente de lugar definido, de propósito material y comercial aparente.

Digamos con boca de brujo que ahora,-a inicios del siglo XXI-, se consolidará en el mundo y en el país una literatura de identidades; la de aquel escritor que pueda sintonizar el mal que nos aqueja, la angustia global que bulle en nuestras conciencias y se derrama en los locutorios, en los celulares y en los cajeros automáticos; una etno literatura, unas veces densa y conceptual y en otras lúdica, experimental, caótica pero una literatura de identidades al fin...

Sostenemos que ya se comienzan a tejer en nuestras literaturas, antiguos y nuevos relatos, mitos y leyendas de las ancestrales Tierras del Qui, búsqueda que constituye también la constatación de la mixtura y el palimpsesto que actualmente somos; el resultado de aquel feroz encuentro entre los hijos del sol recto con aquellos de la barbarie hispánico occidental de aquella época; encuentro después del cual -queramos o no aceptarlo- quedaron definitivamente impresas en nuestros genes y en nuestra sangre nuestras mestizas identidades andina, amazónica y pacífico ecuatoriales, las mismas que en una sabia y paciente espera renacieron y fructificaron desde las cenizas de nuestros abuelos, para luego retornar con la fiereza y la rudeza del huracán.

Y que sucederá con “el ser racional y cientificista” inventado y heredado del mundo greco-latino, siempre orientado por la paranoica búsqueda del UNO no diverso, del uno absoluto y autoritario, en suma del uni-verso y nunca del “multiverso”. Porque el “unidiverso” andino y ecuatorial con el que soñamos debería constituir el cielo y territorio “del otro”, de la diversidad y de la variedad, del holon y de lo holístico, o de aquella eufemística “alteridad” inventada por euro-occidente para sanar su culpable pecado capital, su brutal genocidio, su irrespeto por las culturas diferentes (véase “inferiores”) y a las que creyeron “civilizadamente” aniquilar, pero que hoy siguen encontrando como en el mito del Retorno del Inca, su cuerpo y su cabeza, perseverando en la búsqueda de su íntegra totalidad, aquella misma totalidad que ahora nos convoca para cargarnos con la fuerza femenina de la tierra, del agua y de la luna de nuestra Patria, no de aquella “patria” de los patricios grecolatinos, sino de la Pacha Tierra Sagrada Equinoccial.

Una literatura con identidad, podría contradecir la “Historia” inventada por los pensadores de la “modernidad” y “el progreso”, por las interesadas enseñanzas de la historiografía occidental y las mismas y repetitivas ideologías euro centristas de una “novísima” post- modernidad, de quienes nunca supieron comprender lo que significaba una “cosmovisión”, es decir una visión cósmica del ser y del estar, no del parecer: aquella que vivieron de nuestros ancestros

Ahora estamos claros los ecuatorianos que la experiencia de habitar el “centro del mundo”, debió constituir para nuestros antepasados una experiencia primordial y sagrada, el conocimiento y valoración de las claves de nuestra habitación en el chakra corazón del mundo, ello nos permitirá gradualmente la reconstitución de las identidades ecuatoriales primordiales y es, en esa búsqueda que descubriremos el vector de nuestra organización social futura; es decir, el estatuto ontológico de las culturas y pueblos del Ecuador del siglo XXI.

Es en medio de la rigidez amorfa de un planeta global en caos, que por fortuna no es el nuestro, es en aquel Ecuador Continental nuestro, tangible y actual religado con este Ecuador Ultramarino, construido allende los mares, que siguen constituyendo nuestros compatriotas, que podremos también construir las nuevas literaturas de nuestro país.

¿ECUADOR LINEA IMAGINARIA?

Maqueta templo cultura Tolita: Pacifico Ecuatorial


Ecuador: 256.370 kilómetros recortados en el mapa; tierra incógnita atravesada por una línea que no divide, sino que une al planeta; bajo cuya piel germinan 20000 especies de plantas; 2500 especies de mariposas; 3043 especies de orquídeas; medio millón de especies de invertebrados y 370 especies de mamíferos, correteando páramos, montañas, valles, archipiélagos y bosques tropicales...

Más de 27 nacionalidades y pueblos que tejen y se dibujan en un tapiz multicolor: arco iris de selva, fuego volcánico, arcilla y agua.

Quizá más que una línea atravesando a GAIA, la madre Tierra, somos el rincón del planeta que aún el apetito voraz del pirata blanco y etnocentrista, no ha podido devorar.

Ecuador, línea imaginaria solo por inconclusa y en construcción; por que fue la ínsula barataria de un imperio de nuevos amos que cambiaban camarones y banano por baratijas de 1 dólar y espejos electrónicos.

Ecuatoriano ultramarino: fantasma que flotas en el mar de la aldea global, no por azar, sino por la vital necesidad de tejer y destejer tus inagotables identidades: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vas?...

O es que no fuimos loa Amantes de Sumpa lapidados en la arena por amor; o Quitumbes y Liras engendrando después del diluvio, a una golondrina; hijos del Chusig: duende y mago; de Juan de Velasco el cura fabulador de plantas, reinos mágicos y animales; o Condorazos: gigantes volcánicos hijos del taita Chimborazo y de la mama Tungurahua.

Herededros de Alfaro insertando un ferrocarril en la nariz del diablo; obreros de la ría o de Aztra masacrados por el miserable poder, mas aún vivos, bebiendo miel de panela, guayusa y caña....

Somos o no, las Dolores Cacuangos, los Cecilios Taday; o Daquilemas extraviados en el paradógico país de Manuelito; vendiendo flores químicas a nuestros antiguos amos; acomodando nuestros huesos migrantes en el basurero que la santa globalización nos ha designado...

Más la mayoría somos también los miltón reyes, quishpes o hurtados; amazónicos, litorales, insulares o andinos; más, mucho más que de 12 millones de mujeres y hombres del Ecuador continental, más que dos millones de hombres y mujeres viviendo en ultramar; más que series de números congelados; muchísimo más que bocanadas de agua en el hocico de dragón, de aquel imperio lanza llamas.

El hombre ha buscado amoldar la Tierra durante cientos de miles de años, mas ella respira y vive miles de millones de años. Ecuador: 0.17 centésima porción del planeta, siempre serás nuestra utópica esperanza; siempre mucho más que un mapa recortado por las señas particulares de una despistada Línea Imaginaria...



Diego Velasco Andrade
Ki-To, Tierras del centro,
Octubre 27, 07