viernes, 25 de enero de 2008

SERIE: MITOLOGIA ECUATORIAL


Imagen satelital isla Puná





HUNDIMIENTO
DE MU Y RELACION
DE OTROS HECHOS
MISTERIOSOS OCURRIDOS
EN EL REYNO DE LOS COLBRÍES*






Diego Velasco Andrade





I.

Hágase la luz
y
fueron los truenos
instáurese el orden y arribaron
las tempestades

Y sobre un árbol
tatuado de serpientes
vimos jugosos al sol
y a la luna
copulando su ingrávida
herejía.

Y en el barro de un templo
en donde los simios
oraban
y la musaraña arborícola
tejía
dulces jeroglíficos
sobre el dolmen
descubrimos a un dios
dubitando
entre si crear o
repetir la noche:

Hágase el diluvio.


II.

Y en el comienzo
sean las aguas
migrando
hacia las vacías
provincias del poema

ingresando
con su eco
en el tímpano de las caracolas

germinando medusas
en los pilares
del perdido universo
de Mu.



Imagen del libro Máscaras ecuatoriaas

III.


Mas

sobre la cima del Guasano
dos hombres sobreviven
fecundando dos wacamayas:

Ataourapangui y Cusicayo

vienen del arcoiris
el rostro de amatista
y los ojos almendrados

divina voluntad de Pacha Kamak

hecha carne..


IV.


Otros
emergieron del océano
mientras el alma de Mu rugía
allá
en la Isla
de las Iguanas...

El viento los dio de bruces
contra el ombligo oceánico
y cuando un cóndor lunar
rasgaba en el aire
extraños peces:

Tumbe **
hundió su bandera de crustáceos
en la arena.

Como salamandras sobreviviendo
al fuego ecuatorial
se esparcieron en la noche
guiados por la destellante
piel de las luciérnagas

hurgando nombrando
cazando descubriendo

el por qué de esta tierra borboteaba
una poesía salvaje
y el jaguar estampaba
un agrio sabor escarlata
en su obsidiana.

V.

Tumbe partió
en la Edad de las Sequías
a morar en los verdes destellos
de una piedra

De allí descendió como de un rayo
el poderoso Quitumbe
para remontar los altos conos
de la cordillera
en donde se hallaba congelada
la luz de las constelaciones.

Guiado por los destellos del sol
sobre el metal de los cerros
Quitumbe divisó una mañana
una suave planicie cerca de las nubes:

KI-TO:
tierra sagrada del medio

Allí depositó el Espíritu
de la Gran Esmeralda:
del misterioso
Reino de los Colibríes.


Imagen Nelson Jácome



VI


Una noche
Llira y Quitumbe alumbraron
una golondrina:

Wayanay
flecha en el aire
voló vertiginoso hacia
el País de las Iguanas

Ahí permaneció 30 lunas
alimentándose de la salada ofrenda
que los pelícanos depositaban
en la arena.

más tarde regresó al continente
remontó de su tribu terrestre
a Ciwar: sexo de tierno maíz
y senos de kumará
y la poseyó sobre los duros brazos
de un ceibo

De ellos devino Ataw

"Hombre siempre dichoso"
el niño abuelo del pueblo solar.











* Lectura muy recomendada para Jaime Nebot Saadi



** Una versión del mito de Quitumbe puede revisarse en

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