FELIZ SOLSTICIO DE DICIEMBRE
EPOCA DE SEMBRAR EL MAIZ
DE NUESTRAS IDENTIDADES
Calendario andino de Huamán Puma
Cuentan que hace miles de años, después de alguno de los diluvios universales
que relatan los libros sagrados, una semilla de maíz pudo salvarse en la cima del Kapak Urku, -nombrado por los españoles por su forma de cono trunco: El Altar-, para germinar con el soplo divino y florecer en el triángulo energético y paraíso formado por la Mama Tungurahua, el Taita Chimborazo y el Jatun Altar.
Entonces, el primer hombre hecho de maíz y la primera mujer hecha de quinua, empezaron a crecer y multiplicarse con los ciclos de la tierra, el aire, el fuego y el agua. La mujer sería lunar y sujeta a los vaivenes del lechoso satélite; el hombre en cambio sería solar, cargado de la fuerza del fuego, más siempre vulnerable al agua lunar...
Mas los dos cíclicos y complementarios, -como la noche y el día-, siempre naciendo con el amanecer oriental y muriendo en el poniente de la gran cocha, para renacer otra vez de sus cenizas a la siguiente alba. Algo similar sucedería en otras épocas y latitudes, -y en otro diluvio-, en la China con el “hombre amarillo” y con el arroz y en Egipto con la el “hombre negro” y la cebada, o en Europa con el “hombre blanco” y el claro trigo.
Desde entonces, en las tierras ancestrales de KI-TO ancestral país ecuatorial o Tierra de la mitad, los hombres de maíz y las mujeres de quinua, se dedicaron a inventar nuevos alimentos para el bienestar de sus numerosos hijos.
El fréjol lo desarrollaron los hombres del sur de los andes ecuatoriales, los abuelos de los paltas, zarzas, wankas y bracamoros; la quinua y el amaranto los de los andes centrales, tíos abuelos de los puruwayes y guarangas, y los kitu-karas llegados desde las candentes costas del Pacífico e Islas del Oro y de la Plata, hasta re fundar en los Antis centrales, la tierra de los mitológicos gigantes condorazos.
En tanto, la papa o batata la “criaron” los pastos, tusas y killa singas y la llevaron hasta la región más extrema del Ecuador actual, al puerto donde el gran Quitumbe unió Quito con Túmbez, siguiendo la dirección de la constelación de la Cruz del Sur...
Por su parte, los Carankis, aportaron con casi 200 variedades de maíz y deberían tener la patente de las palomitas de maíz o cereales voladores que comen los “green-go”s mientras ven por TV a Bush en su heroica lucha por combatir al “eje del mal” y en el austro, los Cañaris aportaron a la humanidad con el mote pillo, -gracias claro está-, al huevo de gallo y gallina que trajeron desde la “Patria Madre” los caztizos y gallardoz ezpañolez...
Sol del Pacífico ecuatorial cultura La Tolita
Sí, porque al construir y desarmar colorida y lúdicamente nuestras “identidades” ecuatoriales, mucho más que buscar en las “Señas Particulares” que algún viejecito despistado, pretende hallar en el origen de “la hora ecuatoriana”, o descubrir en el museo de las “Costumbres de los Ecuatorianos” , el fósforo con el que chamuscaron al pan quemado, como ya quisiera el inefable chambeño Oswaldo Hurtado, los ecuatoriales deberíamos empezar por valorar en nuestras múltiples “identidades maíz”, la semilla de aquel oro terrestre que comemos hoy y desde hace siglos con el aporte del padre sol...
Así tan simple, deberíamos empezar a buscar nuestras identidades en la natural cotidianeidad de nuestra vida y en nuestra alimentación diaria. Ahora sabemos por estudios genéticos, que las tierras ecuatoriales fueron el horno en donde se amasaron al sol y la luna, los principales productos de una alimentación humana sana: el maíz, el fréjol, el haba tierna, la quinua, la papa, el chocho, el melloco, la mashua, el amaranto, el tomate, la cebolla paiteña....y otras tantas frutas andinas y exóticas del Pacífico y la Amazonía ecuatoriales, como otros tantos regalos de nuestra Pacha Tierra Sagrada Equinoccial, que luego se expandirían en las cuatros direcciones de Amaruka, el continente de la serpiente sagrada y luego a todo el planeta GAIA y, que salvarían del hambre, en plena revolución industrial a los racionalistas, coloniales y carnívoros europeos, quienes en principio quisieron destinar el maíz y la papa para alimentar a sus “bestias”, pero que luego se vieron obligados a sobrevivir a sus propias guerras y desastres, comiendo papas fritas con cebolla paiteña y salsa de tomate.
Sol puruway
Esta es la fecha del Solsticio de Diciembre en el hemisferio norte, la que para muchas culturas ancestrales como la egipcia, la celta, la babilónica o la china, constituye una celebración de invierno en busca del sol tierno y radiante y que para la cultura judeo-cristiana anuncia “coincidencialmente” el nacimiento de Cristo, aquel maestro solar, -como lo fueron Tunupa Wiracocha para los andinos, Quetzalcoatl para los aztecas, KuKulkán para los mayas, Bochica para los caribes o Sidartha Gautama Buda para los orientales
Sí, es la misma época, de las dadivosas y paganas fiestas saturnales romanas, que hoy ha sido transformada en una fecha de vil y material comercio, de JO JO JO JO a diestra y siniestra y de matanza de miles de árboles, pavos y otras muchas especies de seres vivos. bien vale recordar y empezar a valorar nuevamente nuestras más antiguas tradiciones, para aportar como profetizó el último inca Atahualpa: que pasados quinientos años de oscuridad asistiríamos al regreso de miles y miles de amautas, de agricultores, de quipucamayoks, de aravikos, en fin de astronautas de la Nueva Pacha Tierra Sagrada Equinoccial, para iniciar el florecimiento de una nueva humanidad en este Décimo Pacha-kutik: el del retorno…
Sol cañari
Por eso, nosotros antes que acomplejarnos por la posibilidad de ser un país tautológica mente “quiteño centrista” o de alguna dividida “identidad esquizofrénica”, peor aún de creernos una utópica “Línea Imaginaria”, estamos interesados en mirar a nuestra cultura andino, afro ecuatorial e insular, desde múltiples perspectivas, desde numerosas ramas, pero desde una cosmovisión “andina ancestral” y no desde cualquier “ideología” o fiestecilla capitalista al uso y abuso de un hombre blanco y barbudo, llegado desde el norte sea en carabela y/o en trineo …
Queremos recordar este solsticio para poder mirar otra vez en el cielo a la constelación del mono y guiarnos con el calendario ecuatorial del grano sembrado y hundido en la tierra; jugar en el caparazón de la verde tortuguita de Cerro Narrío cañari o desovillarnos en la espiral de un spondilus ancestral en la sumpeña provincia de Santa Elena cuna de Tumbalá; comprobar en esta fecha como lo hace el maíz solar, que si los hijos del Ecuador, fuimos capaces de enterrarnos en el oscuro útero de la tierra somos también capaces de renacer al tercer día o al tercer mes, -eso poco importa-, con la utopía de saber que somos carne de barro, ojos de cereal, cuerpo de caña brava y manos de abierta mazorca...
Sol kitu karanki 5imagen kitsato)
Festejemos pues este luminoso SOLSTICIO DE DICIEMBRE, época de sueños y de soles tiernos, nuestro Kápak Raymi ancestral, promesa de siembra y de cosecha; festejemos nuestro verdadero “árbol de la vida”, sin bombillos ni luces artificiales, un árbol cotidiano donde podamos anclar bien nuestros raíces, desplegar nuestras ramas interculturales y cosechar de la madre tierra, frutos siempre dorados y luminosos.
2 comentarios:
UN MUY FELIZ Y MUY ESPECIAL SOLSTICIO DE DICIEMBRE PARA TI!!!!
por favor por favor necesito la fuente original del gráfico circular que tiene norte, sur, este, oeste y los solsticios; por favor, me ayuda mucho si me proporciona la fuente.
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